El sol se ponía en la tarde del viernes 29 de Agosto, y con los últimos rayos, la gente comenzaba a acercarse al Estadio Cubierto Malvinas Argentinas. Esta vez la cita era en el barrio porteño de La Paternal, y el motivo más que trascendente: la presentación oficial del tercer disco de Las Pastillas del Abuelo, la banda más convocante en el escenario del rock under actual, que viene pisando fuerte desde su paso por el Luna Park en Abril de este año.
Durante tres horas de show, miles de voces corearon a Piti (voz y armónica) desde “La cerveza” hasta “El cowboy”. En el medio, los trece interrogantes que componen la última placa de la banda, Crisis.*, producido por Crack Rok.
La extensa lista de músicos invitados incluyó la murga de Alejandro Balbis, con Federico Lizuain, Richard Rath, Leandro Stivelman, Valentin de la Concepción, Nicolás Oviedo y Miguel Suárez. Sus instrumentos y voces con aires rioplatenses se hicieron presentes en “¿Me juego el corazón?”, “Viejo”, y “La correntada”, perteneciente a Los señores.
La incursión femenina en el escenario llegó en “¿Hacia donde voy?” de la mano de Bárbara Silva de Mamá Chabela. Siempre agradecido con sus colegas, Piti pidió reiterados aplausos para Barby con quien compartió una frase reflexiva como prólogo a una de las pocas canciones dedicadas al amor de Crisis.*: “actuar en consecuencia es difícil, ¿quiero tener razón o ser feliz?”.
Participaron, además, Ariel Dinaro en acordeón, Fernando Isaía en trompeta, Luis Baer en percusión, Matías Traut de Riddim en trombón, y Martín “Tucán” Bossa de Attaque 77. Para completar la trilogía “rocanrol, murga y folclore”, Agustín Ronconi (violín), Pedro Borgobello (clarinete) y Diego Fariza (percusión) de Arbolito compartieron el escenario con Las Pastillas.
En las instalaciones del mismo club que vio nacer al mejor jugador de fútbol de todos los tiempos, papeles y globos albicelestes acompañaron los acordes de “¿Quién es dios?”. La canción, con letra de Alberto Sueiro, hace referencia al gol de Diego Maradona bautizado “la mano de Dios” que, en el partido contra Inglaterra del Mundial de México 86, para muchos significó la revancha por el dolor causado ante una absurda Guerra.
Dijeron presente clásicos como “Skalipso”, “Otra vuelta de tuerca”, “Tantas escaleras”, “Enano”, “La casada”, “Cubano”, “Peldaño” y “Locura y realidad”.
A los acordes, golpes, y coros de Fernando Vecchio (guitarra), Juan Comas (batería), Bochi Bozalla (guitarra y coros), Alejandro Mondelo (teclado y coros), Piti Fernández (voz), Santiago Bogisich (bajo), y Joel Barbeito (saxo y coros), la gente contestó con cantos, brazos en alto, aplausos, bailes, globos, y pertinentes silencios de respeto. No faltaron las banderas, ni los círculos que abren el pogo para mantener el ritual de cada fiesta pastillera.
Más allá de los comentarios que vienen circulando desde el lanzamiento del disco, con adhesiones y fuertes críticas, Las Pastillas del Abuelo, ese grupo con fusiones de country, candombe, reggae y chacarera que comenzó a dar sus primeros pasos en noviembre de 2002, viene pisando fuerte en el rock nacional. Su público amplio, tanto en edades como en pertenencia a diferentes tribus urbanas, da cuenta del éxito que supieron cosechar.
Crisis.*, en el sentido que la banda quiso adoptar, significa situación de cambio. Los interrogantes son el motor que motiva la trasformación. Las respuestas aún no se conocen. O sí, quizás ya forman parte de sus planes.
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