miércoles, 4 de febrero de 2009

decime una palabra... oveja!

Oveja me hace acordar al amigo de un primo que al que le decían así. Era muy chica pero me acuerdo, como me acuerdo cuando me tragué un ladrillito de esos de jugar cuando tenía 3 años, y lo escupí en una rejillita que había en el pasillo laaargo que daba a mi casa desde una simple puerta de madera contra la vereda. Y aunque prácticamente no me puedo acordar de ese momento, retengo la sensación y la imágen de cómo se iba el ladrillito, que en mi recuerdo vive de color rojo, con el agua que corría por dejabo de la rejilla. Es increíble acordarse de ese tipo de cosas, que pasaron como en el más allá. Lo increíble es la cantidad de información que guarda la mente, ya lo dijo Nico anoche mientras cenábamos una pizza que pensábamos que iba a ser picante y al final no tenía gusto a nada. Al momento de pagar, Nico sintió que le había dado dos billetes a la moza, y corrió hasta la caja siguiéndola para preguntarle, ingenuamente, intentando encontrar honestidad del otro lado, si en realidad había pasado lo que suponía. La chica lo negó pero no nos convenció su cara (esas cosas se notan en el gesto, y quizás, pobre, yo pensaba que si decía la verdad era injusto ver mentira en sus ojos, pero la desconfianza es más fuerte en algunos momentos) entonces ayudé a Nico a recorrer mentalmente todos sus movimientos de los últimos cuatro días. No era una tarea fácil, y mucho menos para él que jamás se acuerdo lo que hizo cinco minutos atrás, pero igual la emprendimos. Entonces, cajero, hamburguesas en la peatonal, no, no, milanesa a medias con Andy. Y una vez en La Plata, el pasaje, pero lo pagó él, yo le devolví 20 pesos después, pero compré el de vuelta... ahí está, debo haber cambiado ahí porque después el domingo no salí y me vine para acá. Hoy en el laburo fui al comedor...no puede ser! Que si, que no, en fin, no. Creemos que no nos robó para poder seguir yendo porque la pizza después de todo es rica, y el lugar está bueno, no como en Thionis que parece una vidriera. Qué cosa como se visten las nenas a los 8 años, cartera, escote, collar con brillos... qué usarán de adolescentes? No te indignes... a mí me da más bronca ese flaco que vivió en la pensión todo un año conmigo y no me saluda porque ahora tiene novia. Y eso que lo crucé el otro día, no entiendo esas relaciones. Al final me fui de tema, como siempre, o no tanto... Después de todo son palabras... entendimiento, intercambio, disparador, encuentro, depende de cada quién.
Extraña relación es la que tenemos con las palabras. Aprendemos de pequeños unas cuantas, a lo largo de la existencia vamos recogiendo otras que nos llegan con la instrucción, con la conversación, con el trato con los libros y, sin embargo, en comparación son poquísimas aquellas de cuyos significados, acepciones, y sentidos no tendríamos ninguna duda si algún día nos preguntaran seriamente si las tenemos. Así afirmamos y negamos, así convencemos y somos convencidos, así argumentamos, deducimos y concluimos, discurriendo impávidos por la superficie de conceptos sobre los cuales sólo tenemos ideas muy vagas y, pese a la falsa seguridad en el general aparentamos mientras vamos tanteando el camino en medio de la cerrazón verbal, mejor o peor nos vamos entendiendo y, a veces, hasta encontrando.
(Saramago, "El hombre duplicado")

2 comentarios:

Anónimo dijo...

nunca te pasó que cuando repetís una palabra muchas veces hasta el hartazgo, empieza a perder sentido? A mi me pasa con los nombres propios. No hay palabra más inentendible en cuanto a significado que los nombres propios.
Qué significa un nombre? nada, depende de quién lo cargue, ese nombre se tiñe de lo que esa persona es. Cuando era chica tenía una amiga/vecina que se llamaba Maite. Maite era bastante feucha y como no era linda a mi no me gustaba su nombre.
Una vez jugando en su departamento me tragué una bolita toda plateada que, a diferencia de tu ladrillito rojo, jamás escupí ni pude volver a ver. Ese día me llevaron de urgencia al médico que lo único que dijo sin demasiadas preocupaciones fue que controlaran que fuera de cuerpo normalmente. No hizo ni mención a la bolita.
Como cuando una vez cuando era más chica todavía, mi mamá le dejó dicho a mi papá que me preparara la mamadera y le pusiera un poco de maizena que estaba en la alacena. Se ve que la maizena tenía el mismo color que el poximix, entonces mi papá me hizo leche con poximix.
Atacados los dos llamaron al pediatra que mientras mi mamá escuchaba con atención y tomaba nota dijo: 'ahora esperan que haga caca, después lo juntan, lo ponen en un cuadrito y cuando se seque lo cuelgan en la pared'.
Otra vez mientras mi mamá abria la puerta, dejó el carrito en que yo iba al lado y sin que se diera cuenta empezó a rodar por la trotadora hasta que terminé en la calle golpeándome la cabeza.
Con mi hermano que nació seis años después no les pasaban estas cosas.

Lu

Anónimo dijo...

maicena
con 'c'