sábado, 17 de enero de 2009

La vida desde un balcón

Es increíble todo lo que pasa mirando la vida desde un balcón: a la luna la veo siempre chiquita, el Lagru me explicó muy sabiamente que es porque recién se puede ver cuando sube, porque antes la tapan los edificios y nunca en la ciudad es un queso como en Jeppener; en la vereda de Thionis hay cinco motos muy grandes estacionadas y justo en la parada del semáforo al chico que va solo en el 206 descapotable se le ocurrió correr el techo del auto y avanzar con el pelo al viento hacia 12; para un Renault verde viejo con la cumbia casi destruyendo su equipo de audio y uno de los quince chicos que va en el asiento trasero saca todo su torso desnudo por la ventanilla, agitando el brazo al ritmo de "voy a hacer de cuenta, que nunca te fuiste"; las Tres Marías están justo enfrente, arriba de un edificio que tiene una antena brillante, y el hippie que pasa vendiendo pulseritas de macramé por las mesas, se roba un pancito que el mozo junta de la que un grupo de amigos usó para cenar.

1 comentario:

Anónimo dijo...

ahora que nada es urgente, que todo es presente, que hay pan para hoy!!!